Tras más de diez años en la zona habiendo visitado muchos de los restaurantes de Bávaro y Punta Cana, he creado este espacio para comentar mis experiencias personales en cada uno de ellos.

divendres, 15 d’abril del 2016

PASTRATA MEXICAN RESTAURANT


Sin duda, si te gusta la comida mexicana, Pastrata es una apuesta segura. Sin considerarme para nada un experto, ni siquiera un aficionado avanzado, en comida mexicana, la carta de Pastrata está a la altura de lo que uno espera encontrar en un restaurante temático no perteneciente a una cadena de franquicias.

Por desgracia, la comida mexicana ha sido abducida en el mundo de la restauración por cientos de cadenas de franquicias que preparan los platos típicos mexicanos en cocinas industriales, los congelan, los envían a sus restaurantes franquicia y allí, previo paso por un horno microondas, los sirven calentitos (o no) a los guiris incautos. Una porquería de cocina que ridiculiza y avergüenza la gastronomía mexicana.

Como decía, sin ser experto en cocina americana, sí sé reconocer cuando un plato viene de un camión frigorífico a mi mesa, o cuando ha habido un trabajo de fogones en las manos de un profesional, y sin duda el restaurante Pastrata responde a esta segunda categoría. El lugar, decorado sin estridencias, sin sombreros mexicanos, fotos de Vicente Fernández, guitarrones o banderas tricolor, goza de un ambiente distendido en el que la música de fondo, latina pero sin mariachis, forma parte del encanto del restaurante.

Sopa, fajitas, burritos, quesadillas, salsas, picantes y muy picantes, y postres, fueron nuestro menú a la altura de las expectativas depositadas cuando uno sale a comer o cenar. Incluso el detalle de dar una galleta con el nombre del local unos minutos antes de la factura me pareció encantador. Un detalle que debe tener un costo de centavos de dólar y cuyo objetivo es el de hacerte recordar con una sonrisa el restaurante, algo que consiguieron con creces. Lo que lleva a preguntarme por qué, si en Pastrata lo hacen y el resultado final es excepcional, una idea tan fácil de copiar no se instala en el resto de restaurantes de un cierto nivel.

La cuenta más hacia "correctalta" que hacia barata, pero como he dicho, soy de la opinión de que vale la pena pagar algo más y cenar feliz.

Por cierto, no sé si es demasiado soez la expresión popular picante campana, que pica cuando entra y cuando…, pero no se me ocurre un mejor cumplido a la salsa habanera de anoche. Una salsa, por cierto, ¡a la que ya tengo ganas de volverme a enfrentar!

dimecres, 6 d’abril del 2016

NOAH RESTAURANT & LOUNGE

Hay un lugar en Bávaro al que podría colgar, sin riesgo de equivocación, la etiqueta como mejor restaurante de toda la zona. Un lugar en el que la calidad es excelente, el servicio acorde, la decoración elegante, y sus platos exquisitos. Ese lugar se llama Noah Restaurant & Lounge, aunque todos lo conocemos sencillamente por Noah, y está situado en el párking de un centro comercial.

Por más increíble que parezca, el mejor restaurante de Bávaro con diferencia (para mí, claro) no tiene vista al mar, no tiene arena de playa, las palmeras están en tiestos y la música ambiente no se basa en cacofonías, bachata o merengue, curiosamente es todo al contrario de lo que uno espera encontrar en un restaurante de la zona turística.

Noah es, desde hace años, el mejor lugar para ir a comer o cenar de la zona, con una carta magnífica en la que todos los platos que he probado (a excepción de las pizzas) me han dejado una gran sonrisa en la boca. Sus entradas, el trío de ceviche es extraordinario, sus pastas, arroces, pescados (el tataki de atún es magnífico) y mariscos, son de una factura excelente. No puedo opinar de la carne porque yo no la como, pero con los que he tenido la fortuna de compartir mesa me han asegurado que las mismas están en la línea de excelencia del resto de la carta.

Noah ha logrado muchas cosas en estos años, una de ellas es combinar los platos típicos de la cocina criolla y dotarlos de una calidad superior elevándolos a la categoría de buena cocina, algo parecido a lo que ha hecho el gran Juan Luis Guerra con la música dominicana, y así puedes comer un chivo asado (repito que yo no lo he probado) con arroz y moro de guandules excelente, marcado con una presentación de alta mesa lo más alejada posible del típico "cucharazo" criollo. Esta fusión entre cocina caribeña y alta cocina solo la he visto en dos lugares, en el propio Noah, y en un restaurante magnífico de Santo Domingo, Pat'e Palo, que merece una entrada próxima por ser también extraordinario.

Otro de los logros de Noah, además de la ya comentada excelencia de su cocina, es haber pasado de ser uno de los restaurantes más caros de la zona a ser uno “normal”, pues el resto, sin acercarse a la sombra del Noah, han subido sus precios hasta igualar o incluso superar al maestro. Qué lástima que solo se hayan fijado en esta parte prosaica del negocio y no se hayan preocupado por tener una carta amplia siempre disponible, una música ambiente excelente, que invita a la charla y no al grito, o un servicio atento con camareros experimentados y habituales del lugar. Qué pena que el Noah no haya servido de vara para medir la calidad por la parte alta y sí la lista final…, pero la gran ventaja de esto es que ahora, cuando vamos al Noah, además de disfrutar de la comida, del ambiente, de los postres, y de una rica charla, salimos contentos con el comentario “pues no es tan caro” flotando en nuestros labios en los que todavía permanece el gusto del buen hacer de un chef que merece un aplauso continuo. 

divendres, 1 d’abril del 2016

LA MATA ROSADA

En un capítulo de The Simpons, Homer se pierde a bordo de una lancha inflable en el mar. Una lancha en la que viaja acompañado de su hijo Bart y de los tres varones Flanders. Tras pasar varios días a la deriva, descubren una Krasty Burger en una plataforma petrolífera en medio del océano y comen hasta saciarse de toda el hambre acumulada. Pues bien, así me siento yo cuando voy a Samaná y atravieso el umbral del restaurante La mata rosada. ¿Cómo es posible que un lugar como ese, y tras una fachada como esa, se esconda el mejor restaurante del nordeste de la isla (y de parte del resto de la misma)?

La mata rosada es un restaurante que se encuentra ubicado en el malecón de Santa Bárbara de Samaná, lejos de los dominios del todopoderoso Bávaro o de la capital, Santo Domingo, pero que se ha convertido, por méritos propios, en un atractivo más de la preciosa península. Con vistas a la bahía de Samaná, el restaurante tiene una carta exquisita, original, y de excelente calidad, además a un precio muy razonable.

Uno de los platos que más disfruto cuando voy es el pescado a la hoja, un plato excelente en el que se combina la cocina criolla con los conocimientos de la cuisine française. Tiene también platos más mediterráneos, carnes, pastas, arroces, pescados y mariscos que fusiona con la cocina criolla rica en sabores dulces, cocos, vainillas y frutas, y fuertes, con sus ajíes y sus especies.

Sorprende que, a pesar de lo extenso de la carta, siempre dispongan de los ingredientes necesarios para cumplir con la misma y siempre lo hagan con el mismo nivel de calidad, lo que me lleva a preguntarme por qué, si en Samaná los propietarios de La mata rosada lo consiguen, aun con las dificultades de la zona, en Bávaro no haya forma de que se mantenga un plato tres semanas con la misma calidad, presentación o tamaño de la ración, salvo contadas excepciones. Incluso los postres, asignatura pendiente en la mayoría de los restaurantes del país, en La mata rosada son muy correctos. 

Gozar de un almuerzo, o una cena, en este restaurante es, sin duda, un motivo en sí mismo para visitar Samaná, uno más que añadir a los muchos encantos naturales con que goza esta parte de República Dominicana, y que recomiendo que no os perdáis.