Ayer tuve la fortuna de reencontrarme con un restaurante que forma parte de nuestra vida en Bávaro prácticamente desde el inicio, pues son cerca de diez años los que llevamos acompañados de la excelente comida asiática que se sirve en Balicana sin interrupción en el tiempo, la calidad o el servicio. Un estándar que han mantenido desde que contaban apenas con dos mesas junto a la piscina de Corales, y que a los pocos días de inaugurarse ya era cosa de milagro encontrar plaza, hasta ahora que gozan de un local magnífico de amplias dimensiones.
La alegría fue doble porque después de varios cambios de ubicación, Balicana ha encontrado su lugar (en mi opinión), pues desde hace apenas unas semanas mudaron toda la parafernalia a las instalaciones de Golf Suites en Cocotal, a un local magnífico rodeado de agua, vegetación y la paz necesaria para que la experiencia gastronómica sea completa.
Dicen en su web que su misión es la de "servir comida deliciosa y nutritiva a un precio justo", pues puedo decir sin pudor que llevan años consiguiéndolo, aunque también debo reconocer que llevaba algunos meses sin visitarlos, la pereza de desplazarme hasta el viejo restaurante, las ganas de ir probando cosas nuevas..., pero después de comerme ayer unos fideos de arroz con salsa de coco y curry el amor se renovó como el de unos recién casados.
Balicana, además de su cocina increíblemente magnífica a pesar de las dificultades que entraña, por fuerza, un menú asiático en una isla del Caribe, sostiene su personalidad en dos pilares más, la decoración y entorno y el servicio. Tres patas que ofrecen un menú de tranquilidad para veladas inolvidables. Entre sus paredes, o mejor dicho, bajo sus palapas, hemos gozado de cenas con gente maravillosa y disfrutado de conversaciones tan agradables que no puedo desligar el exotismo de sus sabores de las risas de las charlas.
Como decía, ahora además se han mudado al residencial Cocotal, en pleno corazón de Bávaro, junto a la entrada de Palma Real, lo que facilita el acceso, el aparcamiento, y toda una serie de comodidades añadidas a la cocina que echaban un poco para atrás en las ubicaciones anteriores.
Sólo me falta añadir a esta carta de amor que nunca había ido a la hora del almuerzo y me llevé una gran sorpresa, pues su oferta de mediodía es la de un menú económico de tres platos con múltiples variables y combinaciones que creo que va a ser parte de nuestra dieta diaria a partir de ya.
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