Una parte importante de la satisfacción tras abandonar un
restaurante depende de haber acertado con alguno de los platos estrella de
dicho restaurante. Otra parte influyente es no sentir que te han golpeado con
un martillo percutor a modo de cerdo-hucha para sacarte hasta el último peso
que llevaras, y el resto se compone del servicio, la decoración, el ambiente,
tu propia hambre…
Pues bien, tras cenar dos rolls en el restaurante
Zen de Punta Cana Village, tuve la sensación de haber acertado con todo. Incluso
con el servicio, pues el camarero que nos atendió era la primera noche que
trabajaba allí (o por lo menos lo parecía), y pese a no saberse ni un solo
plato de la carta, contrarrestó su falta de información con un servicio atento
y cuidado.
El restaurante & lounge Zen tiene un ambiente que invita
a la tranquilidad, y los platos que escogimos, rollo de atún, aguacate y salsa
de miel, y otro de pollo salteado, plátano maduro, aguacate y salsa de miel, me
parecieron correctos tanto en la cantidad de sus porciones como en lo que en ellas
nos sirvieron. Cocina sencilla formada por platos de inspiración asiática y de
otros más tradicionales, ambiente tranquilo, limpio y velocidades correctas, tanto para servir, como para traer
la factura cuando decidimos dar por finalizada la velada.
Comenté, al día siguiente, nuestra experiencia en el
restaurante con un compañero de trabajo, y su sorpresa fue mayúscula cuando le
dije que habíamos cenado bien, y a un precio correcto (40 USD dos rollos y dos
cervezas). Me explicó entonces que él había estado en el mismo restaurante unos
días antes con su pareja y les habían servido un pollo seco y una lasaña
incomible…, quién sabe, pero casi se lo merece por pedir eso en un restaurante
que se llama Zen.
Qué bien Jordi !!! Al menos una mejor carita de los anteriores
ResponEliminaAbrazos